Una francesa llena de amor (y IV)

Espero que este título no dé lugar a malos entendidos.  Simplemente se trata de la cuarta y última manicura que os presento de la serie dedicada a San Valentín. 

Después de tanto colorido me apetecía algo más simple y, para poder utilizar unas pegatinas muy vistosas que tenía por ahí aparcadas, me decidí por una sencilla manicura francesa.

Dicen que una delgada línea separa el amor del odio y yo he estado a punto de cruzarla por culpa de las mencionadas pegatinas.  Como podéis observar son muy bonitas, pero también muy gruesas:  no llegan a ser 3D pero yo diría que se quedan en 2,5... 

Si a eso unimos que la curvatura de mi uña es bastante pronunciada,  si os fijáis bien en las fotos veréis como las pegatinas del anular quedan levantadas, sobre todo una de ellas.  No hubo manera de que quedara completamente adherida.  Finalmente opté por dar dos capas bien gruesas de top coat, lo cual suavizó un poco el desnivel, y utilizar guantes de látex y de algodón para todas las tareas domésticas.

Y yo me pregunto:  si una simple pegatina que se desprende un poco se me hace insoportable,  ¿cómo se lo montarán las amantes del nail art en 3D?  ¿Alguna de vosotras lo ha probado alguna vez?  Aquí os dejo una página con unas decoraciones alucinantes,  Cynful Nails.  ¡Disfrutadla!

Volviendo a la manicura de hoy,  más simple imposible.  Sobre la base de uñas hice directamente la francesa con el esmalte blanco de Vera Valenti nº 3 y la perfilé con nail art-pen dorado de Yes Love nº 9.  Apliqué las pegatinas pequeñas en un lado de la francesa y las "rebeldes", por suerte, sólo en la uña del dedo anular.  En esta ocasión apliqué dos capas de top coat para proteger la decoración, como ya os he mencionado anteriormente.

El material empleado fue el siguiente:

Que cada día sea San Valentín...  Es mi deseo para todas vosotras.

Gracias por leerme y hasta pronto.