Cada año por estas fechas acostumbramos a hacer balance del que se acaba y buenos propósitos para el que está por llegar. Este año ha sido muy especial para mí, como todos ellos, con sus cosas malas para olvidar y las buenas para recordar. Llegados a este punto, y como es habitual en mí ir contracorriente, he decidido salirme del tópico de "mis favoritos del año..." compartiendo algo mucho más personal y que os debía desde hace tiempo.
Aquí os dejo una pequeña muestra de mi otra pasión, la culpable de que a veces me mantenga más alejada del blog de lo que yo quisiera porque cuando se acerca un festival o actuación necesita dedicación exclusiva. Ya os he comentado en alguna ocasión que nos hacemos todo el vestuario, horas y horas entre lentejuelas y brillos. Como mucho compramos alguna falda pero siempre la tuneamos, aunque poco a poco he ido perdiendo el miedo a las tijeras y la cola-abanico de burlesque ha sido mi primera incursión en el mundo del diseño-patronaje-confección. El corsé y la chaqueta no son obra mía, pero todo se andará...
Las fotos pertenecen a la gala de final de curso de julio, donde participé en cuatro coreografías: dos de danza oriental, una fusión zíngara-oriental y mi primera vez en burlesque. Desde entonces ha habido más actuaciones, pero no he puesto fotos porque eran las mismas coreos: en agosto la zíngara, en noviembre burlesque en un festival de danza y hace diez días participamos en un festival benéfico también con esta misma coreo.
Y como ésta es una entrada muy especial no va a haber manicura de fin de año como es costumbre, sólo mis mejores deseos para este año que estamos a punto de comenzar y gracias por estar ahí.
¡Feliz Año Nuevo!
Gracias por leerme y hasta pronto.